jueves, 22 de mayo de 2008

EDITORIAL

Incursión devastadora: el CUJ ganó 8 a 1, poniendo orden en el firmamento futbolero de los sábados y mostrando una perfecta asimilación de las lecciones del sábado anterior.

Pero todos los comentarios se los lleva el glorioso retorno de Pedro. La saeta letal de calle Siria.Bajó del auto con un atuendo más apropiado para ir a un recital de Los Redonditos de Ricota que para jugar al fútbol.

Un análisis más detallado de la indumentaria permitió detectar un originalísimo modelo de calzado. Se trata de unas tartaneras negras de marca indefinible, modelo ´87 post mundial de México, que debido a su tremendo desgaste presentan desde la mitad y hasta la punta de los dedos, una envoltura completa con cinta aisladora blanca (la cinta es un poco más nueva, modelo 2000). La cinta aisladora provoca un efecto de ensanchamiento y elevación de empeine y un redondeo blandengue a la altura de los dedos. Así que cuando entró a la cancha daba una imagen símil payaso del Circo Papelito.

Hasta que empezó el partido. Una centella inmarcable. Movilidad, astucia, puntín afilado, doble perfil, devolución de primera, implacable en la definición. Primer tiempo 3 a 0. 2 de la centella. Un rayo zigzagueante en el corazón del área.

El segundo tiempo estuvo de más. Un rival devastado pugnando por llegar. El CUJ parado de contragolpe. Cada réplica un gol. Dos más de la saeta. Después del sexto, uno de ellos me pide: "Che, a este no lo traigan más". Derrumbe anímico del rival. Demolición.

Premio elegancia de la tarde: para el Mono. Cuando entró a la cancha, dijo la voz del Estadio: "Para la ocasión, Darío viste remera celeste con tiras blancas, combinada con pantalón y medias negros con sus respectivas tres tiras. Nada de feria paraguaya, todo original afanado del predio de la AFA en Ezeiza. Completa con finos zapatos Fulvence color crema con vivos rojos. Gracias Darío.

"Premio chenemigo: para el Mono. Estando 8 a 0 el puntero derecho de ellos (muy voluntarioso, muy movedizo....... muy solo) recibe el balón pegado al banderín del corner. Cuando se apresta para enfilar hacia el área lo veo al Mono viniendo a las zancadas desde la media luna tomando impulso y antes de que el Flaco atine a huir le aplicó el terrible "topetazo de Vicente Viloni", depositándolo exactamente cinco metros hacia adentro de la cancha de al lado.Cuando el Flaco se levantó, podía leerse en su mirada: "Si estábamos 1 a 0, éste me violaba".

Telón final. Ahora sí podemos encarar el mate con facturas en paz.Antes de retirarnos, Mario dice: "Yo no lo quiero decir, pero esta tarde el Bicho no estuvo. Díganle que si el sábado que viene tiene algo que hacer no hay ningún problema". El eterno delegado, infaltable destinatario de inmerecidos reproches.

En una tarde soleada, no hubo tormentas para el CUJ, pero brilló un refucilo nacido en Villa Belgrano.

Pancho, desde el Parador "Sedal para cabellos con humo de la quemazón del Delta" de Punta Lara.

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